Mató a su madre de 34 puñaladas

Carlos Daniel Gómez está acusado de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género por el asesinato de Mónica Viviana Salguero. Fue detenido por el crimen este jueves en barrio Lamadrid.

Casi todas son mujeres y casi todas jóvenes. Hay, también, nenas inquietas y algún que otro hombre. Todos están de pie y la mayoría callados. Son pocos los que hablan en voz baja entre sí. Están en la esquina de Gervasio Posadas y Periodistas Argentinos, en barrio Lamadrid. Miran desde la esquina esa casa, la que tienen enfrente, donde hay una mujer de sesenta y dos años que ha sido asesinada. Su nombre es Mónica Viviana Salguero, tenía sesenta y dos años, y la encontró su yerno. Él estaba preocupado: hacía un día que no podía contactarla. Cuando llegó a la casa, en Periodistas Argentinos 484, entró por una puerta lateral que estaba sin llave y, poco después, la vio. El cuerpo estaba en la cocina comedor. Fue entonces cuando en la Policía sonó el teléfono y el yerno habló.

  

Son casi las siete de la tarde del jueves 9 de octubre y en un rato va a anochecer. Está el fiscal René Bosio, del Tercer Turno, el secretario Pedro Diana y la secretaria Soledad Pepino. Está personal de la Guardia Local, que ha cortado la calle. También acaba de llegar el médico forense, Gustavo Rodríguez. Los policías están dentro de la casa, en la calle, en camionetas. Los policías, hace un rato, han detenido al hijo de Salguero, cuando regresaba a la casa, en la que vivía con ella.

—'Yo no la maté' —dice una mujer que dijo el hombre cuando lo frenaron los policías.

Se llama Carlos Daniel Gómez y tiene treinta y ocho años. Estaba lastimado: tenía cortes en los antebrazos, manchas de sangre en el cuerpo. Así lo subieron a un móvil y lo llevaron a la Policía para tomarle declaración. Está acusado de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género.

 

Todavía falta para que el cuerpo de la mujer sea trasladado a la Morgue Judicial del Hospital Pasteur. Mientras, frente a la casa, la hija de Salguero llora y el llanto es un grito. Dos mujeres se acercan y la abrazan. Pasan unos minutos y llega una ambulancia del 107. Bajan enfermeros y evalúan a la hija. Le toman la presión. Llegan, más tarde, psicólogos para asistirla a ella y los familiares. En la esquina, ahora, la gente, que es más, sigue mirando. Algunos se han sentado. En la esquina de Periodistas Argentinos y San Luis, más alejados, también se han juntado tantos.

—Hace tres años rompió con un palo todos los autos que estaban estacionados en el diario —dice una mujer en la esquina.

El diario es El Diario del Centro del País y está pegado a la casa. Otra mujer, que trabaja ahí, dice que fue hace cinco años. De todos modos, más allá de que sean tres o cinco, ambas coinciden en lo que pasó, en que el hijo, una noche, hace mucho, destrozó los autos.

Carlos Daniel Gómez tiene un certificado de discapacidad y debía renovarlo el mes que viene. Estaba bajo tratamiento psiquiátrico en el Hospital Pasteur —habría sido diagnosticado con esquizofrenia, según informó la Departamental San Martín— y tomaba medicación.

Carlos Daniel Gómez tiene antecedentes. Estaría involucrado en un hecho de 2017, contra una expareja, por hurto y amenazas, pero no fue condenado.

Primero, cuando todavía nadie quiera confirmar nada, se dirá que el hijo mató a la madre el miércoles a la tardenoche, entre las siete y las ocho. Con las horas, se dirá que, en realidad, el hijo mató a la madre este jueves temprano, alrededor de las seis de la mañana. Se sabrá que él la apuñaló más de treinta veces con un cuchillo Tramontina. Le dio puntazos en la cara, en el cuello, en el pecho, en el abdomen, en las piernas. Se sabrá, con las horas, que ella intentó defenderse con otro Tramontina, que los policías encontraron a un lado de su cuerpo. Él dejó el suyo en el baño, adonde fue a lavarse la sangre. Casi a las doce de la noche se sabrá exacto que la víctima sufrió «dos heridas penetrantes en tórax y pulmón» y «una lesión que comprometió pulmón y corazón». La autopsia dirá que las lesiones «produjeron un hematoma torácico extenso y shock hipovolémico».

 

—Anoche los vi fumando en la vereda, a él y a la madre —dice un hombre, cuando ya la gente se empieza a ir.

—No lo puedo creer. ¿Te enteraste? ¿Fue el Carlos? —dice una mujer que se acerca.

El hombre asiente.

—¿Qué harán con el perro? Siempre fueron muy perreros. Un salchicha blue tienen —sigue la mujer.

Ella no dice mucho más y vuelve hacia su casa.

 

En el techo de alguna casa, mientras tanto, un gato maúlla.

 

—¡No me pueden quitar mi derecho! —grita la hija de Salguero.

Ella está en cuclillas, apoyada contra la pared de la casa, esperando que retiren el cuerpo de su madre. Quiere verla y el fiscal Bosio intenta explicarle que no puede, le dice que antes deben practicarle la autopsia. La hija insiste, pero no mucho. Parece saber que tendrá que esperar. Y espera.

 

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