Llega la segunda edición de «Villa Nueva Vibra»
Será este domingo, desde las 12, en Plaza Capitán de Los Andes. Habrá, entre otras propuestas, shows en vivo, patios de comida y food trucks.
Tras el desalojo del viernes 16 de mayo en el predio Nuevo Central Argentino (NCA), en la Media Luna Los Chaleses, Juan Manuel Moreira dio su versión de los hechos.
—Yo también usurpé, sí, voy a ser sincero. Usurpé el terreno, pero con la diferencia de que nadie vino a reclamarlo —dice Juan Manuel Moreira, un electricista que trabaja, tercerizado, con instalaciones domiciliarias.
Este hombre, llegado a Villa María hace veinticuatro años desde la provincia de Corrientes, está de pie y a sus espaldas, en el terreno, ya no queda nada de la casilla que había armado, junto a las vecinas, Priscila Pérez, la chica de diecinueve y embarazada de siete meses que no pudo pagar más un alquiler y también usurpó.
Es la mañana del viernes 16 de mayo y los policías han desalojado a la chica. Ahora están cargando en un camión de la Municipalidad de Villa María lo que era la casilla: el alambre, la madera, la chapa, el nylon, las colchas, las sábanas.
—Hace dos años que adquirí el terreno —dice, también, Juan Manuel Moreira, que se enteró de que la usurpación por los vecinos.
—Yo tengo buen trato con la mayoría acá. Pero cayeron ellos y se adueñaron del terreno. Vine pacíficamente, intenté hacerles entrar en razón mostrándoles por medio del teléfono una foto del convenio —cuenta.
Y dice que dirá «la verdad».
—Es así, no como dicen ellos.
«Ellos» son el grupo de mujeres que apoya a Priscila Pérez desde el viernes 9 de mayo, cuando ella llegó a este lugar, a esta tierra en el predio Nuevo Central Argentino (NCA), en la Media Luna Los Chaleses, en el barrio Las Playas. Acá, al sureste de Villa María, están estas tierras públicas que pertenecen al Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) porque, para pertenecer, tiene que haber lo que hay acá: asentamientos, urbanizaciones informales. Y cuando el hombre habla del convenio, está hablando del derecho posesorio que recibió de Renabap.
—Yo presenté en la Fiscalía los papeles que figuran a mi nombre —sigue diciendo.
Él, Juan Manuel Moreira, cuenta que, cuando usurpó, a los dos o tres días fabricó una casilla.
—Estuve un tiempo. Dos meses y medio, más o menos. Con la piedra, con el agua, bueno, piedra no caía, pero con el agua se fue rompiendo.
Entonces, se fue. Consiguió que un particular le preste una casa, a cambio de un alquiler: de palabra.
—Tuve la suerte de no necesitar una garantía. Confió en que no le iba a fallar ningún mes y así es como estoy, ya hace dos años, ahí.
Ahí es el barrio Las Acacias, en el noroeste de la ciudad, en la otra punta de la ciudad.
—Vengo —dice.
Y después aclara.
—Voy a decir la verdad. No vengo con frecuencia. Pero sí, porque si no los yuyos estarían como están del otro lado.
Del otro lado del terreno, lo que se ve es eso: un yuyal.
—Si no viniese como dicen ellos, no haría todo lo que estoy haciendo, me quedaría en el molde y que se queden con el terreno. Pero yo también lo necesito; si no construí ahora es porque no tuve la posibilidad económica todavía, todos saben que no está fácil.
Las mujeres dicen que él no viene hace unos dos años. Una, incluso, dice que es la primera vez que lo ve. Eso, en caso de ser así, significa que Juan Manuel Moreira no está ejerciendo el derecho posesorio por no estar, por no construir, por no poseer.
Mientras él habla, se escuchan algunos gritos. Las vecinas están discutiendo con la policía.
—¡Carabajal! —grita una mujer.
Carabajal es el apellido de Roque, el jefe de la Departamental San Martín, que va de un lado a otro, que se acerca a los vecinos apenas, que charla con los policías, que se queda quieto de a ratos, mirando.
—Estoy en pareja. Somos dos y familia no tengo acá. Solamente amigos. Ahora no me queda otra más que seguir luchando y empezar a hacer lo posible por empezar a construir algo —dice Juan Manuel Moreira y se mete en el terreno, lo camina, callado, cabizbajo.
Será este domingo, desde las 12, en Plaza Capitán de Los Andes. Habrá, entre otras propuestas, shows en vivo, patios de comida y food trucks.
Cuatro personas fueron trasladadas al Pasteur. Sucedió a media cuadra de Plaza Centenario, en el centro de la ciudad.
El tribuno de cuentas de Uniendo Villa María, Maximiliano Romero, presentó un pedido de informe a la Emtupse pero no le respondieron.