Otro robo adolescente, a una cuadra de la Policía
El hecho ocurrió este martes 27 de mayo en un local que vende indumentaria deportiva por calle General Paz, entre Catamarca y San Juan, en el centro de Villa María.
El robo ocurrió en el quiosco Cristobal 24/7, en bulevar Alvear y Manuel Ocampo, en el límite de los barrios Rivadavia y San Justo. Al ladrón lo detuvieron en la Terminal.
Plena siesta del jueves. Brenda, veintisiete años, hacía una hora que había comenzado su turno en el hotel donde trabaja desde hace dos años, en bulevar Alvear y Manuel Ocampo, en el límite de los barrios Rivadavia y San Justo.
Eran casi las tres y media cuando vio al patrullero en frente, donde está el quiosco Cristobal 24/7, donde había estado hacía un ratito nomás un hombre con un corte en el labio y un buzo naranja naranjísimo.
A este hombre, Luis Guillermo Herrera, de treinta y nueve y nacido en Buenos Aires, otro hombre lo había visto antes: un huésped del hotel estaba en las cocheras guardando sus herramientas cuando Herrera apareció para venderle ropa. El huésped le dijo que no y lo que se sabe es que, después, Herrera anduvo dando vueltas por ahí, por la zona.
Hasta que entró al quiosco: el hombre del corte en el labio y buzo naranja naranjísimo siguió dando vueltas, pero esta vez adentro hasta que, de pronto, se acercó al mostrador.
—Dame el celular y la plata —dijo, tramontina en mano, sin apuntarle.
La empleada le dio setenta mil pesos. Él rajó. La empleada llamó al dueño del quiosco y entonces llegó el patrullero que así como llegó, dijo Brenda, “salió picando con toda”. Cinco minutos después llegaron más: más patrulleros, algunas motos.
El dueño del quisco se cruzó al hotel y pidió las cámaras, que dan a Manuel Ocampo. Cuando las revisaron, vieron que Herrera había salido corriendo por esa calle.
El hombre del corte en el labio y buzo naranja naranjísimo estaba en la Terminal, donde lo detuvieron los policías.
—Esta es una zona tranquila —dijo Brenda—. Nunca pasó nada así.
Alguna que otra vez, solamente, se les han metido durante la madrugada a la cochera.
Pero, parece, en el quiosco hubo otro robo. Brenda no está segura del todo: dijo que le dijeron que fue a finales de octubre, mientras ella estaba de vacaciones.
El hecho ocurrió este martes 27 de mayo en un local que vende indumentaria deportiva por calle General Paz, entre Catamarca y San Juan, en el centro de Villa María.
Hace algunos días, cerca del Polideportivo, casi diez chicos abordaron a dos, de 14 años, y les sacaron el celular. Un tiempo antes, una chica de quince iba a la escuela cuando, a las siete de la mañana, un hombre avanzó hacia ella en el puente del Subnivel.
Esta es la historia de Priscila Pérez, 19 años y embarazada de siete meses, que vive en una casilla, en un terreno que usurpó en el predio Nuevo Central Argentino (NCA), en la Media Luna Los Chaleses, en el barrio Las Playas.