Una gestión que no responde

El Municipio no deja que emprendedores de la feria «Nuestras Manos» usen estructuras para protegerse del sol, el viento y la lluvia.

Ellos, ellas, que trabajan en «Nuestras Manos», la feria que se arma los domingos en la Costanera, frente al Reloj de Sol, le escribieron una carta a Germán Tenedini, el subsecretario de Desarrollo Productivo. La presentaron a mediados de septiembre. Desde entonces, las semanas pasan y, todavía, nadie responde.

Ellos, ellas, cuando arman la feria, colocan sus productos —desde manualidades y artesanías hasta gastronomía regional— sobre tablones. Lo que piden es poder usar estructuras de hierro, con lonas, para protegerse del sol, del viento, de la lluvia, como lo podían hacer antes de que asuma la nueva gestión. Hay trabajadores que tienen propios y todos coinciden en que se puedan usar los que están guardados en «La Marietita», un espacio ubicado en Remedios de Escalada 1235, en barrio Rivadavia. En ese espacio, que funcionó hace años como un hogar para chicos judicializados, hay diecinueve que han sido reacondicionadas por los mismos feriantes que, incluso, se encargarán de retirar, trasladar, cuidar y mantener las estructuras.

Los emprendedores sienten que desde la Municipalidad de Villa María ni siquiera se toman el tiempo de leer la propuesta que acercaron.

En la carta, por otra parte, piden feriar, también, sábados y feriados, días en los que, por lo general, hay más gente y más posibilidades de vender. A los que han intentado ir esos días los han multado o les han labrado un acta.

 

(Este sábado, 18 de octubre, el Municipio los autorizó a vender y, desde esta tarde, están trabajando junto a «Nave Emprendedora», otra feria, en el sector de la Costanera donde suelen ubicarse para el Recorrido Peñero. Sin embargo, no saben si el próximo fin de semana podrán hacerlo —el domingo hay elecciones—).

 

Les hace falta, además, una bajada de luz cercana porque solo tienen chicotes, tramos de cable para hacer empalmes o uniones a otros cables.

 

En la carta, aparte, los emprendedores escriben: «Nos comprometemos a mantener una estética limpia y prolija, utilizando mantelería y lonas de color blanco, y a decorar el espacio con guirnaldas de banderines».

A mediados de julio, los emprendedores —de «Nuestras Manos» y «Nave Emprendedora»— ya habían reclamado. En ese momento se enteraron, de pronto, que tenían que pagar seis meses por adelantado para poder participar. La mayoría, como pudo, pagó porque, si se paga por mes, hay intereses.

En ese momento también les exigieron protocolos: Tenedini les exigió, por ejemplo, que estén todo el tiempo de pie, que no lleven reposeras. Él no quiere eso que se llama, en tantas partes, «salada». Él quiere, en cambio, lo que cree estético: lo prístino, lo pulcro, lo puro. Los emprendedores aceptaron, lo dejaron por escrito. Y todavía tienen que explicar por qué: porque necesitan de la feria, de esos ingresos por mínimos que sean.

 

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