Le robaron la moto en barrio Parque Norte

El hecho sucedió durante la madrugada de este miércoles, en calle Juárez Celman 1800. Tres hombres levantaron el portón de una casa y se llevaron una Guerrero de 110 cilinidradas.

—Mi marido estaba durmiendo —dice.

La que habla es la mujer, Vanesa, de cuarenta y cuatro años, que no estaba anoche en la casa, donde vive desde 2017. Ella, que está de viaje, cuenta ahora lo que sabe después de haber conversado con el marido, después de haber revisado los registros de la cámara de un vecino.

—Habrá sido en dos minutos —sigue diciendo ella sobre lo que pasó.

El marido, que entra a trabajar a las cuatro de la mañana, se despertó a eso de las tres y desactivó la alarma de la casa.

—La pieza queda lejos del portón —comenta.

Mientras el marido se despabilaba en la habitación, un grupo de hombres levantaba el portón eléctrico de la casa y entraba. En el garaje había una moto Guerrero de 110 cilindradas roja, a la que le falta un espejo, y un auto. Las imágenes que registraron la cámara del vecino muestran que a las tres y cinco de la mañana de este miércoles 16 de julio, tres hombres encapuchados, salen con la moto, dos encima y uno trotando atrás.

—La moto estaba sin candado, hasta la llave puesta tenía. Igual, como tenía rota la manguera de la nafta, él, a la noche, para que no pierda, se la cierra.

Por eso, en las imágenes se los ve a los tres empujarla, empujarla, empujarla, hasta que desaparecen de cuadro por calle Juárez Celman 1800, en barrio Parque Norte, frente a la plaza Puerto Argentino.

La mujer supone que no han hecho ruido y, por lo que le ha dicho él, tampoco han roto el portón. Porque el marido, cuando estuvo listo, fue al garaje, subió al auto y se fue a trabajar. De regreso, sintió que faltaba algo. Cuando se dio cuenta y miró, no la vio.

 

Vanesa también recuerda.

—Ya me habían robado otra moto en otro lado. En un complejo en la Costanera, por calle Jujuy. Nunca la encontré.

Aquella vez, hace unos nueve años, se la llevaron desde las cocheras del complejo.

—Robaban, pero no tanto como ahora —dice.

 

Los vecinos de Parque Norte, desde hace meses, se quejan por lo mismo: porque no paran de robarles.

—Siempre escuchás que a un vecino le robaron la moto, que a uno le robaron la bici. Es tierra de nadie —dice la mujer sobre el barrio.

Lo que dice ella, además, es lo mismo que han dicho, tantas veces, otros vecinos, otras vecinas.

—Generalmente son los de siempre. Preguntás en el barrio y todos saben. Deben tener dieciséis, diecisiete, quince. Hay de todo. Hay dos grupitos de chicos, menores. Los agarran, por ahí, los meten adentro  dos o tres meses, salen, vuelven a robar y así un círculo.

Los móviles de la policía aparecen, de vez en cuando.

—Pero se necesitan a la madrugada, cuando roban. Por ahí pasan a la tarde o andan caminando, pero a la tarde —se queja.

Este mediodía hizo la denuncia.

—Por lo menos que se sepa, que no quede todo como que no pasa nada. Sé que no la voy a recuperar, pero bueno —dice.

Segura lo dice.

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