Celebraron a San Antonio de Padua en Villa Nueva
Hubo misa en la Capilla San Antonio y procesión por el barrio. También se colocó una imagen del Santo en la rotonda ubicada entre las calles Marcos Juárez, Namuncurá, Modesto Moreno y López y Planes.
Carina Noemí Almada, treinta y siete años y oriunda de Chaco, es profesora de Geografía y, por lo que ella considera un "error", tuvo que dejar de dar clases. Acá, su historia.
—Vine en búsqueda de trabajo. Allá en mi provincia es difícil conseguir —dice.
Su provincia es Chaco y ella Carina Noemí Almada, profesora de Geografía de treinta y siete años. Nacida en San Bernardo, una ciudad de poco menos de 10 mil habitantes, esta tarde, como otras tardes desde hace días, está de pie frente al edificio donde funciona la Cámara de Apelaciones en lo Civil Comercial, de Familia y Contencioso Administrativo de Villa María.
—Somos muchos profes de Geografía. No solo en San Bernardo —dice y dice que son muchos también en otras localidades como Santa Sylvina y Coronel Du Graty.
Además, explica, es difícil concentrar horas porque entre un colegio y otro hay kilómetros: demasiados.
—La mayoría de los docentes sufre hacer dedo en la ruta.
Entonces, tantos, se van a otras provincias.
A esta ciudad la conoce desde 2015, cuando solía venir a pasar algunos días a lo de una amiga. En 2019 se organizó y vino con la idea de quedarse. En marzo de 2020, con la pandemia, regresó para Chaco.
—No podía ingresar al sistema educativo porque se paró todo.
En 2023 intentó otra vez. Llegó a Villa maría el 8 de marzo y, en un mes, consiguió todas las horas cátedra: las treinta.
—Acá hay muchas instituciones públicas y privadas.
Pensó que era la posibilidad de estar mejor.
—Podría cambiar mi vida.
Mientras, sacó turnos en el Hospital Pasteur y la Asistencia Pública para hacerse estudios y presentar el apto psicofísico. Los estudios la mostraron como una profesora apta para hacer su trabajo. Mientras, entonces, pudo dar clases: en un Centro Educativo de Nivel Medio para Adultos (Cenma), en las escuelas del Programa Avanzado de Educación Secundaria (Proa), en Arroyo Algodón, en la cárcel.
Hasta que hubo un problema en la Mesa de Entradas del Sistema Único de Atención al Ciudadano (SUAC) del Centro Cívico, donde se gestionan, registran y revisan todos los trámites que ingresan a la administración pública provincial. Una doctora, que emite certificados, decidió que ella no estaba apta en julio de 2023.
—La doctora Laura Orellana.
En el «Ciudadano Digital» (CiDi), plataforma donde la gente puede ver los trámites y servicios digitales que brinda el Gobierno de la provincia de Córdoba, queda registro de que Carina Noemí Almada no está apta. En octubre de ese año le dan de baja las horas y deja de cobrar el sueldo. No puede seguir trabajando.
—Fui a reclamar varias veces, no fui escuchada en el SUAC —dice.
Asesorada por un abogado de la Unión de Educadores de la provincia de Córdoba (UEPC) presentó un recurso de reconsideración y adjuntó certificados de psicólogos y psiquiatras matriculados de Villa María.
—Todos coinciden en que yo sí estoy en condiciones, apta para trabajar.
Sin embargo, en el Ministerio de Educación le rechazaron ese recurso.
La historia sigue con nuevos abogados, particulares, y la presentación de una medida cautelar a fines de 2023 con la que ella pensó que podría volver a dar clases, mientras la Justicia resolvía. Pero la Justicia rechazó la medida.
—Son tres los jueces que tienen que ponerse de acuerdo, digamos —dice y señala el primer piso de esta sede de Tribunales.
Hace unos días, uno de esos jueces se acercó hasta la vereda de enfrente de la sede donde ella se sienta y pega carteles en la pared con frases como «Justicia» y «Por causa de un “error” de la doctora Laura Orellana estoy sin trabajo»
—Me dijo que iba a resolver mi situación. Yo le expliqué que necesito mi sueldo, que necesito volver a trabajar.
Y sin embargo, nada.
—No tengo familiares que me ayuden —dice después.
Ella alquila una pieza en Villa Nueva y, para pagar, emprendió.
—Hago accesorios para el cabello: moñitos, chulitos.
Y vende, por ejemplo, en quioscos.
Por eso, cuando habla, dice que está en situación de calle.
—No estoy en condiciones de pagarme un alquiler, de vivir como la mayoría. Puedo pagar ese alquiler y mal que mal comer. Por mucho que me esfuerce no voy a llegar al sueldo docente —dice.
Son casi las cinco y cuarto de la tarde de un jueves frío y ella saca un cartel que está enrollado. Se para frente a la sede de Tribunales y lo despliega para una fotografía. Dice «Justicia». Luego, toma una bolsa donde tiene los moñitos y los chulitos. Se despide y camina. Se va. Mañana volverá.
Hubo misa en la Capilla San Antonio y procesión por el barrio. También se colocó una imagen del Santo en la rotonda ubicada entre las calles Marcos Juárez, Namuncurá, Modesto Moreno y López y Planes.
El objetivo es que se asegure un piso básico de recursos económicos para las casas de altos estudios de gestión estatal sin recurrir a nuevos impuestos ni comprometer el equilibrio fiscal del país.
Será este domingo, desde las 12, en Plaza Capitán de Los Andes. Habrá, entre otras propuestas, shows en vivo, patios de comida y food trucks.