Sociedad

Llegaron donaciones de villamarienses a Bahía Blanca

Viviana es la coordinadora de Luis Coronel Turismo. Este domingo viajó con un grupo a Monte Hermoso y, en el camino, frenó en la ciudad afectada por el temporal a dejar todo lo colectado.

Este domingo nueve de marzo, ella se despertó y encendió el televisor. Vio que en los canales de noticias se hablaba, sobre todo, de lo que había pasado durante la madrugada del viernes: en Bahía Blanca, una ciudad del sudoeste de la provincia de Buenos Aires, había llovido como nunca; en pocas horas cayeron 350 milímetros y el agua se metió en todas partes, llenó las calles las casas los comercios, atravesó todo.

Los últimos datos dicen que murieron dieciséis personas y que evacuaron a más de novecientas.

Ella, que se llama Viviana y es la coordinadora de Luis Coronel Turismo, empresa en la que trabaja con su marido, este domingo tenía un viaje a Monte Hermoso, localidad balnearia del sur de la provincia de Buenos Aires que queda a unos 110 kilómetros de Bahía Blanca. Entonces, se hizo la pregunta: «¿Y si llevamos donaciones?». Y la respondió rápido.

Ella, nacida en La Carlota, empezó con la colecta. Pidió en su pueblo y, además, avisó de la colecta a través de los estados de WhatsApp y las redes sociales. La gente se sumó y llegaron donaciones, también, de Villa María y de Santa Eufemia.

—Tengo un colectivo para sesenta personas —dice por teléfono Viviana durante la tarde de este lunes.

A Monte Hermoso, donde ya se encuentran y donde se quedarán hasta el sábado, viajaron unas treinta. Llenaron la parte superior del coche y la mitad de la bodega con cosas: artículos de limpieza —cloro, lavandina, guantes—, frazadas, colchones —de dos plazas y de una—, agua —mucha agua—, comida, comida para perros, pañales, zapatos para chicos y para adultos.

—Estoy muy conmovida —dice.

Esta mañana, a las nueve, nueve y media, Viviana, el chofer y los pasajeros llegaron a Bahía Blanca.

—Es desgarrador lo que se ve. Los mismos vecinos se ayudan. Justo cuando pasábamos había un muchacho que venía con un perro muerto. Terrible. Muy feo. Hay negocios que perdieron todo. Todo, todo, todo, todo —dice y dice, también, que desde la cárcel se aprovecharon para llamar a la gente y pedir dinero.

Estuvieron unas dos horas. Pararon en un centro cultural donde dejaron las donaciones.

—Todos los pasajeros colaboraron. Hicimos pasamano —dice después.

Y recuerda, por último, lo que sucedió mientras hacían la colecta. Recuerda que llegaban padres y madres con hijos y que los hijos, hijos chicos, se le acercaban y le decían que habían abierto sus placares y sacado ropa, que la llevara, que se la diera a esos otros hijos, hijos chicos.

*Para colaborar podés comunicarte con César García, responsable del Centro Cultural «La Esquina de Otto» —ubicado en Lavalle 426, Bahía Blanca—, al 2915010867.