La tormenta dañó un sauce en la Costanera y debieron quitarlo
El viento y lluvia tiraron el ejemplar que, al caer, afectó luminarias y estructuras de las canchas de vóley playero. El árbol se encontraba entre calles Santa Fe y Catamarca.

El Municipio oculta información a un grupo de periodistas. Trabajadores no se enteran de las conferencias de prensa y no tienen oportunidad de preguntar. Además, de este modo, el gobierno entorpece la plena difusión de los actos de gobierno.
Si mañana hubiera una conferencia de prensa en la Municipalidad de Villa María podrían pasar cosas. Habría periodistas que irían. Habría otros que decidirían no ir. Entre las cosas que podrían pasar hay una que es segura: si mañana hubiera conferencia, habrá periodistas que tal vez quieran ir, pero no podrán. No se van a enterar.
Todos los días —por la mañana, por la tarde, por la noche—, la Municipalidad de Villa María enviaba la información oficial a un grupo de WahtsApp llamado «Prensa Muni VM» que tiene doscientos once miembros y al que solo pueden escribir los administradores, que son dos. En el grupo, el Municipio publicaba textos, casi siempre acompañados por fotografías. A veces mandaba audios y videos. Había material para los periodistas de gráfica, de medios digitales, de radio, de televisión. Los doscientos once se enteraban, así, lo que hacía el intendente, dónde estaba el intendente, qué decía el intendente. Se enteraban, además, de obras, de inauguraciones, de aniversarios, de propuestas culturales, de campañas de vacunación, de ferias, de capacitaciones. Podían saber si la recolección de residuos sería normal en un feriado y si se había roto un caño de agua en algún barrio. Incluso tenían a mano el aviso de la llegada de una tormenta o de un calor bárbaro. Y, por lo general un día antes, la Municipalidad despachaba la «invitación» a conferencias de prensa para anunciar, por ejemplo, la semana de algo. El miércoles 12 de noviembre, la Municipalidad hizo su tarea y envió ocho partes de prensa al grupo. El último llegó casi a las cuatro y veinte de la tarde. Desde ese momento, los administradores dejaron de publicar.
Marcos Bovo, el secretario de Gobierno, Cultura y Relaciones Institucionales de Villa María es quien toma decisiones y decide cómo son las relaciones con los medios, por ejemplo. Después, otro hombre que trabaja como subsecretario de Prensa es el que ejecuta las órdenes, el que obedece, como también obedece Bovo, al intendente Eduardo Accastello. El que ejecuta se llama Rodrigo Fraire, es el que publicaba en el grupo y, de pronto, sin explicar por qué, dejó de publicar. Es el hombre que el día después de dejar de compartir la información sobre los actos de gobierno a los doscientos once, la empezó a compartir solo con algunos periodistas, uno por uno.
El Municipio tiene un deber de transparencia, debe publicar de manera proactiva en su web y en sus redes sociales la información, sin que nadie se la pida. En la página web de la Municipalidad de Villa María, este lunes 17 de noviembre hay solo dos partes de prensa publicados, pasadas las seis y media de la tarde. Fraire, de todos modos, ya le envió a algunos periodistas cinco partes y una «invitación» a una conferencia de prensa que será mañana a las once.
Hay cosas para decir. Hay que decir que el Municipio está censurando periodistas y que está violando la libertad de prensa porque no solo oculta información, sino también entorpece el trabajo de los periodistas que quieren estar, escuchar, preguntar. Sin embargo, ahora, recuerdo otra cosa. Hace meses, una noche de mucho calor, mientras caminaba con un periodista, él, antes de despedirse, dijo:
—Los periodistas somos empleados municipales.
No sé si respondí algo aquella vez. Solo pienso esta tarde, meses después, en la pauta publicitaria, en la asignación de fondos públicos de un Estado —en este caso municipal— para difundir los actos de gobierno. Pienso en que, si bien el Estado no está obligado a darla, lo hace y de manera discriminatoria, arbitraria, sin criterios. Pienso en la Municipalidad de Villa María y en las condiciones que impone —cubrir las actividades oficiales, publicarlas, avisarles si saldrá una noticia que pueda no gustarles— para asignarla. Pienso en este gobierno que obliga a periodistas a bajar notas ya publicadas. Pienso que esto es grave y cada vez más grave, ahora, que hay periodistas que no tienen acceso a información pública.
Y esta tarde recuerdo a Accastello con periodistas —homenajeándolos, agasajándolos, reconociéndolos— un día antes del Día del Periodista, diciendo esto: «Su trabajo tiene un vínculo directo con la democracia. La libertad de expresión y la democracia son sinónimos y claves para luchar contra los autoritarismos. Aún con opiniones que pueden ser distintas, en Villa María siempre priorizamos la cordialidad y el respeto mutuo como vecinos que somos y eso es fundamental para la construcción de la ciudad en la que queremos vivir».
El viento y lluvia tiraron el ejemplar que, al caer, afectó luminarias y estructuras de las canchas de vóley playero. El árbol se encontraba entre calles Santa Fe y Catamarca.
Dos contadores de la ciudad lo calificaron como un "impuesto encubierto" porque los conductores que pagan por hora cuando estacionan no reciben ninguna contraprestación.
Los bañeros se encontrarán en el sector del Náutico, el del Parque Hipólito Yrigoyen y el de la bajada barrio La Reserva.